Muchos de nosotros ni siquiera nos damos cuenta de cuánta agua debemos beber. Menos de uno de cada 10 sabe que la recomendación es 2 litros (alrededor de seis a ocho vasos) al día. Estudios recientes han demostrado que los hombres tienen menos probabilidades de mantenerse hidratados: más de un tercio (34,3%) dice que no bebe agua sin gas en absoluto, en comparación con el 25% de las mujeres.
Casi un tercio (32%) bebe más agua durante la semana, mientras que sólo el 13% bebe más los fines de semana. La mayoría (80%) dijo que eligen agua del grifo en lugar de agua embotellada y, en promedio, quienes eligen agua del grifo la beben con más frecuencia (cada 2 horas y 20 minutos) que quienes la beben embotellada (cada 2 horas y 42 minutos).
Entonces, ¿qué efecto está teniendo todo esto en nuestros cuerpos y cerebros?
Más de la mitad de tu peso corporal proviene del agua. Entonces, si tus niveles están fuera de lugar, la deshidratación leve puede hacerte sentir cansado, provocarte dolor de cabeza y afectar tu estado de ánimo y tu concentración. Y cuando te esfuerzas mucho en el gimnasio, toda esa sudoración en realidad reduce un poco la cantidad de sangre que tienes.
Si no bebes lo suficiente, es posible que tenga sed y sientas la boca seca o pegajosa. Es posible que no orines con mucha frecuencia: menos de cuatro veces al día. Cuando vayas, es posible que no haya mucha orina y que esté oscura o tenga un olor fuerte. Es posible que te sientas mareado o aturdido y que te desmayes.
La deshidratación también puede dejarte con menos energía y confusión mental. Un estudio, publicado en la revista Nutrients, encontró que hidratarse lo suficiente mejora la salud del cerebro y previene la somnolencia y el deterioro de la memoria.
Hay formas de recordarte que debes hidratarte. Podrías intentar beber agua nada más despertarte, o conseguir una bonita botella de agua que te guste llevar contigo o que incluso esté decorada con mensajes motivadores que te recuerden que debes beber.
Podrías configurar una alarma hasta que adquieras el hábito de hacerlo de forma intuitiva. Y si lo que te preocupa son demasiadas visitas al baño, existen trucos para controlarlo.
Este artículo fue publicado en inglés en su versión original y puedes encontrarlo aquí por completo.